Luis Enrique celebra la épica clasificación del PSG a la final de Champions y confiesa su sueño más personal

El París Saint-Germain ha vuelto a escribir historia. Bajo la dirección de Luis Enrique, el equipo parisino logró clasificarse a la final de la UEFA Champions League 2025 tras superar al Arsenal con autoridad en una serie que terminó 3-1 en el marcador global. La victoria no solo supone un paso gigante hacia el ansiado primer título europeo del club, sino que también dejó espacio para la emoción más íntima de su entrenador.
“Estoy feliz por mis jugadores, por el esfuerzo, por el carácter, por la manera en que supieron adaptarse. Ha sido una eliminatoria durísima”, expresó un emocionado Luis Enrique en la rueda de prensa posterior al partido. Entre elogios a su equipo y palabras de humildad, el técnico español dejó entrever un objetivo más profundo: rendir homenaje a su hija Xana, fallecida en 2019, si logra levantar la copa en Múnich.
“Recuerdo cuando mi hija plantó la bandera del Barça en el césped de Berlín en 2015… mi ilusión es repetir algo así con el PSG. Sería una forma hermosa de recordarla y compartir este momento con ella, de algún modo”, confesó con voz entrecortada.
Durante el encuentro de vuelta en el Parque de los Príncipes, el PSG mostró madurez táctica y temple competitivo. Gianluigi Donnarumma fue una de las figuras, con intervenciones clave que mantuvieron al equipo con vida en los momentos más tensos. “Sin un gran portero no se gana una Champions”, sentenció Luis Enrique, destacando la solidez del bloque defensivo y el trabajo en equipo como pilares del éxito.
El técnico no esquivó las declaraciones de Mikel Arteta, quien sugirió que el Arsenal fue superior. “No comparto esa visión. Nos complicaron mucho, sí, pero supimos responder, leer el partido y ser más eficaces. Esto va de goles, no de posesión”, replicó con elegancia.
Con el pase asegurado, el PSG se enfrentará al Inter de Milán el próximo 31 de mayo en el Allianz Arena. Luis Enrique no ocultó su respeto por el conjunto italiano: “Son un equipo hecho, con una identidad clara, peligrosos a balón parado y sólidos sin el balón. Va a ser una final dura, como debe ser”.
Desde su llegada al club parisino, el exseleccionador de España ha apostado por una revolución silenciosa: menos estrellas individualistas y más cohesión, juventud y trabajo. “Este proyecto es diferente. Luis Campos, el presidente y yo queremos construir un equipo que emocione desde el juego, no solo desde los nombres”, señaló.
El PSG también disputará la final de la Copa de Francia frente al Reims el 24 de mayo, con lo que sueña con un triplete histórico. El desafío es colosal, pero Luis Enrique mantiene el enfoque: “No hemos ganado nada aún. Esto es fútbol, y en una final todo puede pasar. Pero estamos listos”.
Para el técnico asturiano, esta Champions representa mucho más que un título. Es una oportunidad para cerrar un ciclo vital con una victoria que trascienda el deporte y toque el alma. En Múnich no solo estará en juego una copa, sino también un recuerdo que late en lo más profundo de su corazón.